La poética Edda Grímnismál, en primera persona de Odín, nos dice: "Huginn y Muninn vuelan a diario sobre la espaciosa tierra. Temo por Huginn que no regrese, pero estoy aún más preocupado por Muninn". Huginn y Muninn son un par de cuervos que vuelan alrededor del mundo, Midgard, y le llevan información a Odin. Aunque parecen cuervos comunes, Odín les dio poderes mágicos y pueden circunnavegar Midgard en un día. También tienen la capacidad de comprender y hablar el idioma de los hombres. Son sabios y no sólo observan, sino que le dan consejos a Odín. En la batalla, Huginn y Muninn informan a Odín de los movimientos de su enemigo y ayudan a guiar y curar a su caballo, Slepnir.
Huginn en nórdico antiguo significa "pensamiento" y Muninn significa "memoria" o "mente", los cuales están asociados con la sabiduría. De hecho, los cuervos son uno de los animales más inteligentes. Por ejemplo, imitan a los lobos para atraerlos hacia cadáveres difíciles de abrir. Los cuervos y los lobos tienen una relación especial. Cuando los lobos terminan de comer, dejan las sobras a los cuervos. Los cuervos incluso juegan con los lobos, a veces con picardía, provocando la comida o burlándose de ellos. Teniendo esto en cuenta, podrás entender por qué el sabio dios Odín eligió a los cuervos y a los lobos como compañeros.
La importancia del cuervo para los nórdicos y los vikingos se ilustra con amuletos dorados, placas para cascos y broches para los hombros, que se remontan al siglo V. Aparecen en el tapiz de Oserberg, descubierto a bordo de un barco funerario vikingo del siglo IX. Se han encontrado artefactos de cuervos en toda Suecia, Dinamarca, Noruega e incluso Inglaterra. El papel de Huginn y Muninn como mensajeros de Odín aparece en el estandarte del cuervo nórdico y en el simbolismo general del cuervo de los antiguos pueblos germánicos. Muchos creen que su fylgja o hamingja es un cuervo. Un fylgja es un ser sobrenatural o guía espiritual que acompaña a una persona y puede aparecer en sueños o estados chamánicos. Un hamingja es similar, pero siempre está presente desde el nacimiento y, al morir, migra a un miembro de la familia.
Otras culturas, desde el Tíbet hasta Grecia, también han visto al cuervo como un mensajero de los dioses. Las diosas de la guerra celtas (como Morrigan) a menudo tomaban la forma de cuervos durante la batalla. Los chinos creían que los cuervos provocaban el mal tiempo en los bosques para advertir a la gente que los dioses estaban a punto de pasar. Y las tribus nativas americanas adoraban al cuervo como a una deidad. Los nórdicos y los vikingos buscaban el consejo de Huginn y Muninn y llevaban amuletos que les recordaban constantemente la importancia de estos cuervos.
